en el trámite de renovación de mi residencia, mientras espero, lleno formularios, miro a mi alrededor y pienso...
-Cómo lo llevarán los que no tengan un trabajo calificado?. Es decir los que no tengan mi maestría, mis certificaciones y no trabajen para IBM?. Qué se inventan?
-A qué se dedicarán los embajadores, cónsules y diplomáticos colombianos en cada uno de los países a los que los envían?. A facilitarnos las cosas seguro que no. Ni acá ni allí sirven para nada.
-Qué sentirá el presidente de turno de nuestro país cuando se entera de las cifras de inmigración?. Sentirá vergüenza o verá normal que miles y miles de colombianos se tengan que ir y prefieran ser tratados casi como delincuentes porque en su propio país no tienen oportunidades, no tienen futuro...
-España es muy tolerante... Europa es muy tolerante... soportan día tras día oleadas de personas, de dramas, de insistentes figuras que no se dan por vencidos y se niegan a perder la calidad de vida que han logrado lejos de Colombia...
-Odio la burocracia, consume mi fuerza (y no exagero)... pero acaso existe otra salida para controlar este éxodo?. Si estuviéramos nosotros, los colombianos en su lugar, cuál sería nuestra respuesta?...
Bueno, creo que lo único claro es que esto no debería pasar y que si menos personas visitaran estos países menos serían las barreras... y que serían menos personas las que huyen si nuestros queridos representantes políticos hicieran algo más por mejorar nuestras condiciones allá en "la patria boba". Y ahí, queridos llegamos a la gran cuestión: nosotros los elegimos para trabajar por nosotros y al final cargamos con ellos, en silencio, con la misma sumisión de siempre.
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